Murallas de Ávila

Localización: Provincia de Ávila, Castilla y León. España.
Extensión: 2,5km
Fecha: S. XI - S.XII d.C


La ciudad Ávila tiene el honor de contar con una de las mejores (si no la mejor) conservadas murallas de Europa. Aunque el origen de las murallas es romano, se considera obra fundamentalmente románica, aunque no es poca la controversia sobre su datación y tiempo de edificación.
La versión tradicionalmente conocida señala que las obras comenzaron el 3 de mayo de 1090 tras la bendición del obispo Pelayo. Los autores serían, según la leyenda de Ávila, los "maestros de jometría" Casandro Colonio y Florín de Pituenga (También el navarro Álvar García). El primero sería romano y el segundo francés. Bajo sus órdenes intervendrían 2000 hombres que tardarían en concluirla 9 años.


 Ávila vio comenzar las obras de su recinto amurallado probablemente por el costado oriental, lugar de más difícil defensa por su carácter llano. Aquí se aprovecharían restos de la muralla romana y materiales de la necrópolis romana situada junto a la Plaza de San Vicente. Son perfectamente visibles los grandes sillares graníticos romanos en la base del lienzo.Continuaría por el norte, a base de mampostería alisada y ripio.


En estos dos lienzos, los más importante defensivamente por la orografía del terreno de fácil acceso al enemigo es donde la anchura de los muros es mayor, llegando a ser de tres metros y con altura de 12 metros, los cubos están separados veinte metros y con un espesor de 6 metros y sobresalen ocho metros.
Los flancos oeste y sur serían los últimos en levantarse y aunque guardan una coherencia con el resto se percibe menor altura y espesor en los muros, así como un mayor distanciamiento entre los cubos, probablemente porque la orografía ofrecía mejor defensa.
Además de la reforma de puertas la apertura de otras nuevas, durante los siglos XV, XVI y XVII, la muralla ha gozado de numerosas obras de restauración y consolidación a lo largo de los siglos XIX y XX, una de las más importante y recientes, en 1987 con su restauración y consolidación general.


El resultado es una soberbia construcción civil románica de estilo europeo realizada en los siglos en que los vaivenes reconquistadores hacían insegura la defensa de una ciudad en la extremadura castellana.
Las cifras de la construcción hablan por sí solas de su grandeza. Tiene un perímetro casi rectangular de 2.526 metros. Tiene nueve puertas, cuatro postigos 88 cubos o torreones (30 en el costado norte, 12 en el oeste, 25 en el sur y 21 al este), 2.500 almenas, nueve puertas y tres postigos. La altura difiere un tanto de unos tramos a otros aunque guarda una gran homogeneidad, con una media de 12 metros.

Puerta del Alcázar
La fábrica es de hiladas de grandes piedras de granito de gran regularidad, casi como sillares, que ofrecen un magnífico corte exterior liso. Entre ellas abundan otras más pequeñas embebidas en argamasa. Apenas aparece como material el ladrillo, por lo que, aunque interviniesen obreros mudéjares, la obra es de pura concepción y ejecución europea. El tono grisáceo del granito se dulcifica con algunos tonos dorados adquiridos con los fríos y los soles de muchos siglos.
Cada recodo del recinto está repleto de historias semilegendarias que le dan vida y personalidad.


 

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