Muro frontera EEUU-México

Localización: Frontera Estados Unidos con México. América del Norte.
Extensión: 1123km
Fecha: 1994

(Actualizado a 27/01/2017)

La valla de la ciudad de Tijuana entre EEUU y México.

 El Muro fronterizo Estados Unidos–México, conocido coloquialmente en México como Muro de la Tortilla, es una muralla física construida por Estados Unidos en su frontera con México. Su objetivo es impedir la entrada de inmigrantes ilegales, procedentes de la frontera sur hacia territorio estadounidense. Su construcción se inició en 1994 bajo el programa de lucha contra la inmigración ilegal conocido como "Operación Guardián". Actualmente está formado por varios kilómetros de extensión en la frontera Tijuana–San Diego (California).


El muro incluye tres bardas de contención, iluminación de muy alta intensidad, detectores de movimiento, sensores electrónicos y equipos con visión nocturna conectados a la policía fronteriza estadounidense , así como vigilancia permanente con camionetas todo-terreno y helicópteros artillados. Otros tramos de muro existen en los estados de Arizona, Sonora, Nuevo México, Baja California, Texas y Chihuahua.

Desde 1994, cuando empezó la construcción del muro, los inmigrantes ilegales han intentado cruzar por zonas más peligrosas, como por ejemplo el desierto de Arizona, lo cual ha resultado en más de 10000 muertes desde el inicio de su operación.Este muro es un claro ejemplo del fracaso de la política estadounidense, pues esta barrera no ha logrado detener ni la inmigración ilegal ni el flujo de drogas hacia EEUU y el gasto hasta día de hoy se estima en más de 3000 millones de dólares.

La nueva barrera física que planea Trump, de gran calado político aunque dudosa eficacia, requiere una inversión multimillonaria, que se estima en una horquilla de entre 14.000 y 20.000 millones de dólares (entre 12.000 y 15.000 millones de euros), y que los contribuyentes estadounidenses tendrán que pagar en primera instancia. Luego, según la Casa Blanca, los mexicanos se harán cargo.

Trump no ha puesto la primera piedra del muro. Corresponde el honor a Bill Clinton en 1994, como concierne a George Bush hijo uno de sus mayores impulsos de ingeniería (2006). Existe, pues, un millar de kilómetros de alambrada que Trump quiere prolongar como si fuera posible resolver los problemas orográficos y las fronteras naturales: el desierto, el río Grande, incluso el derecho de la propiedad privada que prevalece entre los terratenientes de Texas. No es concebible alambrar sus tierras. Ni parece viable que el Estado americano disponga de suficientes recursos para ubicar agentes y controles en una distancia equivalente a la que separa España de Bielorrusia.

El muro es faraónico e inconcebible en su dimensión material, pero viable y catastrófico en sus connotaciones psicológicas y en el desquiciamiento de una sociedad aprensiva. Trump incide en la política de las emociones y de las simplificaciones. Persevera en la construcción de enemigos y en la facultad para erradicarlos. No ha inaugurado un muro imposible. Ha inaugurado la era del oscurantismo con su firma de alambre de espino.




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